EL
REFUGIO
Siento
como callan multitudes
al
compás de la metralla,
multitudes
que se extrañan
sin
saber de sus virtudes,
multitudes
sin mirada
en
su gesto de ataúdes.
Siento
como callan multitudes
en
refugios de batalla.
Amasados
como trajes en baúles,
apretados
y rozando sus temores,
compartiendo
los sudores
sin
hablarse, como cruces
cinceladas
por sus nombres.
Apagaron
ya las luces,
dentro
el llanto por aludes
y por
fuera los temblores.
Refugio,
cuatro lados de un infierno
Y en
el centro las esperas,
tres
otoños, cien inviernos
y ninguna
primavera.
Solo
hay tiempo, tiempo lento,
Y la
vida desespera.
Solo
hay tiempo, tiempo lento,
Y la
guerra sigue fuera.
Bonito poema antibelicista, haciendo hincapié con las miserias que nos deparan las guerras, pero siempre con un deseo hacia la esperanza.
ResponderEliminarMuchas gracias por tus palabras! Eso es exactamente lo que me llevó a escribirlo. Un saludo!
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