Hace
tiempo abandoné,
derrotado
y amnistiado,
mis
primeras rebeliones, arrojadas y noveles,
balbuceantes,
de amantes y amadoras,
de
rabia contenida y continente,
de
sal flotando en las heridas, de juiciosa ira,
de
esa aurora de pureza hecha simiente.
Hace
tiempo abandoné,
indultado
y exiliado,
las
furtivas rebeliones de cantinas y carteles,
incipientes
rebeliones, que hace tiempo que olvidé
porque
no quise mirar, y hace tiempo que callé
porque
no quise gritar, y hace tiempo que escapé
porque
no quise escuchar, y hace tiempo que no soy
porque
no quiero llorar, pero seré.
Hace
tiempo que me fui
pero
sé que volveré por contemplar
cuanta
ruina pude acumular
cuando
no quise mirar, gritar, escuchar, llorar.
Hace
tiempo que sellé cada palabra al paladar,
cuánto
tiempo sin hablar, cuánta furia derramé
por
las grietas del callar.
Hace
tiempo que olvidé cada gesto y cada afán
porque
quise respirar y vivir por defender
lo
que no logré alcanzar.
En
la marcha hallé la causa, efecto y ansia de volver,
con
mi verso renovado, más sencillo y atinado,
más
doliente y convencido
de
morir pero matando al imperio consentido
del
silencio amedrentado.
Me
fui para volver con los versos del pasado
a
soñar con el fracaso de una casta agradecida
que
convierten en milagros las miserias padecidas
por
un pueblo aletargado.
Me
fui para volver con despecho maquillado,
con
el pecho desgarrado por palabras malnacidas.
Me
fui para volver con afán de replicar
exabruptos
de tu escaño
y con
mis labios refrescados
poderte
contestar
que
no quiero más esclavos
que
no quiero más durmientes,
quiero
ver un sol naciente
quiero
un tiempo de valientes
por
un cielo más humano
y
una tierra de insurgentes
con
el alma entre los dientes
y el
honor en ambas manos.
Sublebación
ResponderEliminarEso!
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