¡A LA GRANDEZA!
Deshazme de la tibieza por grandeza,
fórjame un pecho sin fisuras,
cállame si cavilo conjeturas,
haz de mí guardián de la certeza.
Toda mi antigua decoración,
manos y labios de suave encarnadura,
por cerrado puño y grito que alienta
locura.
He transformado las musas en batallón.
Toda mi febril fragilidad,
verso y modos de andante caballero
por fervor espartano y gesto embustero
he abrazado con cruel brutalidad.
Adelante, no hay nada por detrás
de valor tan precioso
que frene este corcel brioso,
luchemos por siempre jamás.
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