YERGUE EL CUELLO
Y si el buitre es la amenaza
yergue el cuello,
y si el verso se hace escarcha
escribe fuego.
Y desecha la gélida templanza
quebrando el hielo,
rasgando el cielo
con los gritos de tu lanza.
A luchar, a morir en la batalla
y a parar el tiempo,
a luchar, afilando las palabras
y hacerlas viento.
Haz del mundo tu cabaña
y deja lo certero
abandonado a tus espaldas.
Es la hora de los sueños,
tiempo en que los cuerdos
conozcan el sabor de nuestra lanza.
Yergue el cuello
y a luchar, a luchar, caballero.
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