(Homenaje a Gabriel y
Galán, El embargo)
Adelante Señor Juez,
pase usted a mi
agujero,
pase usted
y que pasen todos
ellos,
los carnívoros
hambrientos,
sus esbirros y
sedientos,
propietarios de mi
techo.
Así rezan esos
pliegos
de su mano, Señor
Juez,
y sentencie cada rezo
al olvido de mi fe.
Adelante Señor Juez,
pase usted a mi
tormento.
Pase usted
y que pasen todos
esos
los serviles
caballeros,
los guardianes de su
celo.
Pase usted
y lleven todo lo que
tengo:
las paredes, sus
remiendos.
Llévense también
cada esquina y
recoveco,
llévense lo que otro
tiempo
fue el hogar que
levanté.
Señor Juez:
el futuro, la
esperanza y el consuelo,
llévense hasta el
alma mía,
las pisadas de este
suelo
y del aire melodías.
Llévense mi propio
cuerpo
del que solo quedan
huesos,
llévense mis agonías.
Adelante Señor Juez,
dé usted fe de mis
desvelos.
Pase usted
y no tenga ningún
miedo,
pase usted
y que pasen todos
ellos.
No respeten a los
muertos,
a los muertos
venideros.
Muy bueno, compañero! Ojalá encuentren solución pronto. Saludos y Sigamos dando cuenta de la realidad con las letras. Eso no nos lo pueden embargar! Nuestras palabras
ResponderEliminarGracias por tus sabias palabras! Un saludo muy afectuoso!
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