SI QUISE NO QUIERO
La distancia es mi dolencia
imperativa,
ni se rozan nuestros besos de
inventario
y las caricias otrora persuasivas
parecen asestadas por feroces
adversarios.
La palabra es nuestra lanza vengativa,
cada paso convertimos en calvario,
agotamos cada humana tentativa
con la urgencia del gatillo de un
sicario.
El olvido es el prudente inquilino
del rincón que arrendé a mi soledad,
con él reposo en su abrazo de espino.
La esperanza es la huella que deja al
golpear
cada adiós de futuro sibilino
que no quisimos escuchar, que no
quiero escuchar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario