LIBERTO
Levantemos
el vuelo de lo sublime,
velozmente
pequeño, insignificante y necio,
va
quedando el suelo firme.
Poco
importan sus miradas,
tan
altivas y engoladas.
Poco
importan sus palabras,
como
ecos en la nada.
Poco
importa su existencia,
nuestra
fe es la indiferencia
que
esta ausencia les regala.
Levantemos
el vuelo, liberto,
esclavo
refugiado en el cielo tan sereno,
con
el rumbo confiado y el orgullo siempre pleno.
Al
frente los colores y las gamas,
de
nuevos ojos y sus nuevas alas
batiendo
hacia el silencio que nos calla,
que
simplemente pasa.
Resurge
la frágil indolencia,
de
estas almas que habitan sin urgencia,
aguardando
con paciencia, esperando en calma,
como
a soplos se evapora la apariencia.
Levantemos
el vuelo, robinsón,
al
infinito ignoto carente de razón,
de
porqués, de cuántos y cómos,
los
ángeles son ahora del color
que
solamente pintamos nosotros.
Levantemos
el vuelo, liberto,
a
volar en cielo abierto, a volar, liberto,
en
un cielo hecho de nada, de luz y viento.
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