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Flores Arrancadas son poemas que nacen de dentro y que es preciso arrancar para poderlos entregar en un lugar como éste.

martes, 27 de noviembre de 2012

Tierra y mar


TIERRA Y MAR

 
Me preguntas cómo quererme otra vez,

si me dejaré querer o quizás por quién.

Me preguntas, me interrogas,

me examinas, me escudriñas,

y no te puedo contestar.

Solo sé que yo soy mar

recorriendo cada costa, reclamando cada gota

que el cielo en olas me quiera adjudicar.

 

Me preguntas cómo quererme otra vez,

si me dejaré querer o quizás por quién.

Cómo puede contestar

Quien navega como el mar, quien deriva como el mar,

Quien transita como el mar, quien no atraca porque es mar.

 
Porque siendo mar no hallé lugar

donde inmóvil contemplar tantas estrellas,

porque siendo mar no hallé lugar

donde pueda contemplar las cosas bellas

y quedarme quieto, y quererlas.

 
Me preguntas cómo quererme otra vez,

si me dejaré querer o quizás por quién.

Me preguntas, me interrogas,

me examinas, me escudriñas,

y no te puedo contestar.

Solo sé que vos sois tierra

divisando mi traslado, esperando que el pasado

transformado en fotograma culmine de vagar.

 

Me preguntas cómo quererme otra vez,

si me dejaré querer o quizás por quién.

Cómo puede preguntar

quien no rueda como el mar, quien no yerra como el mar,

quien no marcha como el mar y perdura al no ser mar.

 
Porque siendo tú la tierra donde yo quise llegar

encallé en mi navegar y a mi encuentro no viniste

por destino y por esencia, tierra firme,

me colmaste de indolencia y de olvidar.

 
Si te quise cuando quise es porque quise solo amar,

por saber amar en calma y amando descansar,

por no ser vaivén de un drama

que retorna y que se va.

Si te quise solo fue porque quise yo quebrar

mis olas en tu arena, salvajes y serenas,

como el viento lo quisiera

y al quebrarlas regresar.

 

Me quisiste como solo puede amar la tierra

sedienta y tolerante, anhelante y resignada,

confiada dios mediante en mis estancias,

y en su constancia hecha de esperas

persevera la distancia.

 

Me preguntas cómo te quise,

si lo hice alguna vez,

si te dejé querer

o dejé quererme alguna vez.

 

Quizá no fui tu mar

ni mi tierra tú jamás

si nunca pude perdurar

en tu orilla al regresar.

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