EL POTRO
COBARDE
quisiera
ser… pero he aprendido
que galopar
es de valientes
y yo un
potro dolorido.
Novicio en
la batalla, complaciente,
esclavo del
arar, del trotar cautivo,
envidio el
cortejo indolente
del rocín
embravecido.
En mi
establo me limito
al confín
que ciñen mis ronzales,
que surcar el
campo infinito
es prodigio
de inmortales.
Del alado
Pegaso,
del Babieca
campeador,
de
unicornios ensoñados,
del viajero
Sufridor.
Para
aquellos la gloria,
Yo, quizá
una fantasía,
no escribe
la historia
quien
cabalga a ras de suelo
y relincha
cobardía
fascinado
por el cielo.
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