TU
DESPERTAR
¡Qué
grácil se despierta tu volátil donosura!
Ondula
al viento el ligero atuendo
que
contigo descansaba y con tus sueños.
¡Qué
suave la mañana en su fiel cabalgadura!
¡Qué
belleza cegadora ya reposa en tu figura!
Reflejo
cierto de tu pecho abierto
que
ilumina el mundo y es su centro.
¡Qué
afortunado espejo al gozar de tal ventura!
¡Qué
frescor a nuevo edén cuando suspiras!
¡Qué
melosa voz entonan ríos y arroyuelos
por
ser coro de tu dulce melodía!
¡Qué
fortuna la del alma que cautivas!
¡Qué
locura ver tan cerca el cielo!
¡Qué
dolor merezco al disfrutar de tanta dicha!
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