HABLO DE ESE
TIEMPO
Hablo de
mañanas perezosas que no quieren despertar,
de peines
remojados que domaban remolinos,
de rebeldes
legañas, de bostezos matutinos,
de todos los
momentos que quedaban por llegar.
Hablo de
tardes de chocolate entre migas de pan,
de plazas
donde hallar los escondites,
de batallas
donde todos los fusiles
disparaban
con la boca sin matar.
Hablo de
noches de padrenuestro al acostar,
de pijamas
de algodón bajo la almohada,
de sábanas
con mi nombre bordadas,
de monstruos
que se olvidan al soñar.
Hablo de ese
tiempo que una vez,
que una vez
y nada más
vive el
hombre que creció.
Ese tiempo
en que volar
era más que
una ilusión.
Ese tiempo
en que morir
era estar
callado y esperar.
Ese tiempo
en que llorar
se calmaba
con reír,
ese tiempo
en que reír
era más que
no llorar.
Ese tiempo
en que jugar
se acababa
al despedir
a un amigo
en su portal.
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