PROTEGERME
CADA INSTANTE
De
las montañas escarpadas
quédome
con sus laderas,
de
los caminos transitados
quédome
con sus cunetas,
del
sol más justiciero
quédome
la hora primera,
de
la luna de tu cielo
quédome
su cara llena.
Del
placer de conocerte
me
quedo el primer día,
del
dolor de olvidarte
la
siguiente mejoría,
de
tu ausencia más eterna
esta
esperanza infinita,
del
pecado de soñarte
despertar
en otra vida.
He
renunciado al riesgo
que
me hace vulnerable,
he
prevenido al futuro
del
pasado tan cambiante,
he
firmado con la muerte
una
tregua interminable,
he
jurado ante el destino
protegerme
cada instante.
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