DONDE HABITAN LOS MILAGROS
Entre aromas de arrayanes y un candor
desconocido
la mujer de mis desmanes me ha mirado
de improviso.
Salgo yo de mis cabales, todo en mí
palpito,
quien bajó de los altares en mi arroyo
ha florecido.
Los ardores tan reales se convierten
en suspiros
y mi pecho en dos mitades, y en su
centro un laberinto.
Por fin perdí las llaves de mi celda
de castigo,
ahora visto mis pesares con ropajes de
domingo.
Y pregunto quién es ella, qué nombre
no olvidaré
cincelado en las estrellas, en mi
verso y en mi piel.
¿Quién la nada vuelve eterna?, ¿quién
es santa de mi fe?,
¿Quién recoge las promesas que a su
cielo yo lancé?
Nadie tiene la respuesta que me pueda
convencer,
nada alivia esta tormenta que nace
bajo mi ser.
No me digan que no es cierta, que no
hay nada que perder,
que tan solo es la belleza que yo solo
imaginé.
Si creí he de buscar, si sentí no se
ha calmado,
¿por qué debo enterrar a quien yo le
debo tanto?.
Si fui preso del azar solo porque no
he ganado
hoy me muero por jugar a encontrar lo
que he soñado.
Yo retorno a mi lugar, al arroyo limpio
y claro,
Donde nace cada mar, donde habitan los
milagros.
Y si tanto he de llorar, y si todo fue
pasado,
solo quiero contemplar el prodigio de
sus pasos.
Y que todo quede igual porque mi todo
es mi pasado,
que mi pena es el penar por haber
soñado tanto.
Y que todo quede igual, que no pueda
ni tocarlo,
solo quiero una vez más despertar
junto a un milagro.
Maravilloso poema, Gustavo...mi enhorabuena!!
ResponderEliminarGracias por conducirme hasta aquí, seguiré tus letras...
Buen fin de semana♥
~Charo Bustos Cruz~
Muchas gracias!
ResponderEliminarMuy buen poema, enhorabuena! Ritmo, contenido, belleza y transcendencia. Un placer leerte.
ResponderEliminarMiguel Roséss
Muchas gracias! El placer es mío. Estas cosas son las que animan a seguir escribiendo.
EliminarExcelente poema. Aquí nos veremos más seguido...
ResponderEliminarMuchas gracias por tus palabras! Un placer para mí.
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