Tus miradas son corcheas de un adagio
lastimero
la obertura de tus labios el preludio
de un infierno.
Sonata de ilusiones en el último
concierto
te fugaste en los acordes de un
volátil movimiento.
Tras la tenue sinfonía de un adiós sin
escenario
en mi suite de cada noche interpreto
un corolario.
Tristán e Isolda, Julieta y Romeo,
tú te marchas escribiendo
nuestro amor en una nota
yo me quedo componiendo
en clave eterna de derrota.
Te desvaneces, te alejas,
muero entre candilejas,
te alejas, te desvaneces,
oda al viento en que mi pena
vuela al son de un miserere.
Muy bonito poema. Precioso. Las palabras fluyen sola en algunas ocasiones, cuando el alma resuena por las emociones.
ResponderEliminarMuchas gracias por tus palabras. De verdad, muchas gracias!
ResponderEliminarGenial poema hermano sigue asi
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